FONDOS ABIERTOS: SUSCRIPCIONES Y REEMBOLSOS EXPLICADOS
Descubra cómo los fondos abiertos gestionan las transacciones de los inversores a través de suscripciones y reembolsos basados en el valor liquidativo (NAV).
Las estructuras de fondos abiertos se utilizan en todo el mundo, con variantes regionales como las OEIC (Sociedades de Inversión de Capital Variable) en el Reino Unido, las SICAV en Europa y los fondos de inversión en Estados Unidos. Si bien la administración de los fondos y los marcos legales varían según la jurisdicción, los principios básicos de las suscripciones y los reembolsos se mantienen uniformes a nivel mundial.
Estos fondos son gestionados por gestores de activos profesionales empleados por la gestora de fondos o la firma de inversión. Estos gestores toman decisiones de inversión en nombre de todos los accionistas, de acuerdo con los objetivos establecidos del fondo, que pueden incluir crecimiento, ingresos, preservación del capital o una combinación de estos. Las comisiones de gestión y administración generalmente se expresan como el ratio de gastos anuales del fondo.
Para mantener la liquidez y satisfacer las solicitudes de reembolso, los gestores de fondos pueden mantener una parte de sus activos en efectivo o instrumentos líquidos. La normativa suele exigir umbrales mínimos de liquidez para garantizar que el fondo pueda satisfacer las solicitudes de reembolso diarias sin desestabilizar la cartera. Esto pone de relieve la interacción entre el comportamiento del inversor y la construcción de la cartera en los fondos de inversión abierta.
En términos de gobernanza, los fondos de inversión abierta están sujetos a la regulación de las autoridades financieras, por ejemplo, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) en el Reino Unido o la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) en Estados Unidos. Esta regulación garantiza la transparencia, la protección del inversor y el cumplimiento de los objetivos de inversión y la divulgación de información sobre riesgos.
La mayoría de las gestoras de fondos establecen una hora límite —comúnmente las 12:00 p. m. o las 3:00 p. m., hora local— a partir de la cual las transacciones se procesan al valor liquidativo del siguiente día de negociación. Esta práctica, conocida como «precio a plazo», garantiza que todas las órdenes se procesen sin conocimiento previo del valor liquidativo de ese día, priorizando así la imparcialidad del inversor y la integridad de la ejecución.
Algunos fondos abiertos también imponen comisiones de venta iniciales (front-end fees) o comisiones de transacción, aunque muchos fondos sin comisión permiten a los inversores entrar sin costes adicionales. Los inversores institucionales pueden beneficiarse de comisiones más bajas o condiciones personalizadas según el tamaño de la inversión y los acuerdos negociados.
Entre bastidores, una vez recibido el dinero y determinado el valor liquidativo, el fondo emite nuevas acciones por un valor equivalente al importe de la suscripción. El capital recaudado es posteriormente invertido por el gestor del fondo de acuerdo con su estrategia de inversión. La gestión de la liquidez es crucial en este caso: los fondos mantienen suficiente efectivo o valores de rápida comercialización para evitar interrumpir su rendimiento durante altos volúmenes de suscripción.
Dado que los fondos abiertos aumentan de tamaño con cada nueva suscripción, los gestores de fondos pueden modificar las posiciones de la cartera para dar cabida al nuevo capital, respetando al mismo tiempo los parámetros de riesgo y los marcos de asignación de activos establecidos. El rendimiento también puede verse afectado por las entradas de capital, especialmente si estas diluyen la rentabilidad o fuerzan la compra de activos a precios desfavorables.
Durante períodos de volatilidad del mercado o dificultades financieras, los reembolsos cuantiosos pueden convertirse en una preocupación sistémica. Para mitigar el riesgo de situaciones de pánico en el fondo, los proveedores de fondos pueden implementar medidas temporales, entre ellas:
- Restricciones de reembolso: Limitar el porcentaje del fondo que se puede canjear en un día determinado.
- Suspensión de reembolsos: Suspender temporalmente los reembolsos para preservar la integridad del fondo.
- Precios oscilantes: Ajustar el valor liquidativo (NAV) en función de la actividad comercial para asignar los costes de transacción a los inversores que realizan los reembolsos.
Estos mecanismos cuentan con el respaldo de los organismos reguladores y están diseñados para garantizar la protección de los inversores y la estabilidad general del mercado. El swing pricing, en particular, se utiliza cada vez más en Europa y algunas partes de Asia para contrarrestar el impacto de la dilución y proteger a los inversores a largo plazo.
Algunos fondos, en particular los que invierten en activos ilíquidos como bienes raíces o deuda privada, pueden ofrecer operaciones menos frecuentes (por ejemplo, mensuales o trimestrales) o imponer plazos de preaviso para el reembolso. Esto sirve para alinear las condiciones de liquidez con las características de liquidez de la cartera subyacente.
Los inversores que buscan un reembolso también deben considerar el posible efecto fiscal, especialmente en jurisdicciones donde se gravan las ganancias de capital por la venta de participaciones en el fondo. Las comisiones de reembolso, cuando se aplican, suelen ser pequeñas y pueden ayudar a compensar los costes de transacción en los que incurre el fondo debido a las salidas de los inversores.
En última instancia, el proceso de reembolso pone de relieve la relación dinámica entre los flujos de los inversores y la rentabilidad del fondo. Los gestores de fondos abiertos deben gestionar proactivamente las entradas y salidas de capital, equilibrando una liquidez suficiente con la plena utilización del capital para alcanzar los objetivos de inversión de forma responsable y eficiente.