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WEB3 EXPLICADO: IDENTIDAD, PROPIEDAD Y APLICACIONES
Comprenda los conceptos centrales de Web3 sin jerga ni exageraciones.
¿Qué es la Web3? Una visión general conceptual
El término "Web3" se refiere a una fase evolutiva de internet que busca transferir el poder digital de las autoridades centralizadas a los individuos. En lugar de una web corporativa, la Web3 imagina un sistema en el que los usuarios tienen un mayor control sobre la identidad, los datos, los activos digitales y las interacciones en línea.
Para apreciar la importancia de la Web3, conviene compararla con versiones anteriores de internet:
- Web1 (década de 1990-principios de la década de 2000): Sitios web estáticos donde los usuarios consumían principalmente contenido. Pocos elementos interactivos, y la mayoría de los usuarios actuaban como lectores pasivos.
- Web2 (mediados de la década de 2000-presente): Dominan el contenido generado por el usuario y la interacción social. Sin embargo, las grandes empresas tecnológicas capturan y monetizan los datos de los usuarios y controlan la actividad de la red.
- Web3 (emergente): Diseñada con tecnologías descentralizadas, la Web3 devuelve la propiedad y el control a los usuarios, permitiéndoles gestionar su identidad digital, poseer contenido e interactuar mediante protocolos descentralizados.
La Web3 se sustenta en tecnologías como blockchain, claves criptográficas y redes descentralizadas. No se trata de un solo producto o empresa, sino de un marco conceptual y un nuevo paradigma para la creación de sistemas en línea.
Exploremos los componentes principales que definen la Web3: identidad, propiedad y la nueva generación de aplicaciones descentralizadas.
Cómo la Web3 reinventa la identidad digital
En la Web2, la mayoría de los usuarios inician sesión en plataformas en línea utilizando credenciales centralizadas, generalmente un correo electrónico y una contraseña administrados por un servicio específico (por ejemplo, Google o Facebook). Este modelo otorga a los proveedores de servicios plena autoridad sobre su acceso. También significa que su identidad digital está fragmentada entre sitios web y controlada por terceros.
La Web3 introduce el concepto de identidad autosoberana. Este enfoque permite a las personas crear, gestionar y utilizar identidades digitales sin depender de una única autoridad. En el centro de esto se encuentran las tecnologías criptográficas:
- Claves públicas y privadas: Los usuarios poseen una clave privada (secreta) y una clave pública (compartida abiertamente). Juntos, estos autentican a los usuarios y permiten un inicio de sesión seguro y sin contraseña, así como la firma de transacciones.
- Identificadores Descentralizados (DID): Son identificadores portátiles y verificables que existen independientemente de cualquier registro central. Las personas u organizaciones mantienen el control.
Al usar una billetera Web3 (por ejemplo, MetaMask, Ledger o una billetera de identidad descentralizada), las personas pueden autenticarse en aplicaciones, firmar documentos o confirmar transacciones con sus credenciales criptográficas. La diferencia clave radica en la propiedad: el usuario posee las claves digitales, no el proveedor de servicios.
Esto ofrece dos ventajas principales:
- Portabilidad: La identidad digital se vuelve consistente en todas las plataformas. Los usuarios pueden navegar por diferentes servicios sin renunciar al control de sus credenciales.
- Control de la Privacidad: La divulgación de datos se vuelve selectiva. Los usuarios pueden elegir qué compartir y con quién, utilizando técnicas como las pruebas de conocimiento cero para verificar hechos sin revelar datos subyacentes. En la práctica, esto podría significar usar una única billetera para iniciar sesión en múltiples servicios Web3 o verificar la identidad en contextos bancarios o educativos, evitando la recopilación innecesaria de datos. Es importante destacar que este modelo de identidad se ajusta a regulaciones de privacidad más amplias, como el RGPD, al descentralizar el control y mejorar la transparencia. Sin embargo, persisten desafíos: la gestión de claves es compleja para el usuario promedio, las opciones de recuperación son limitadas si se pierden las credenciales y la interoperabilidad entre las soluciones de identidad aún está en desarrollo. Resolver estos problemas es crucial para una adopción generalizada.
Web3 y el concepto de propiedad digitalUna de las propuestas fundamentales de Web3 es permitir una verdadera propiedad digital. En entornos Web2, las plataformas poseen la mayor parte del contenido, los datos y las cuentas digitales, aunque los usuarios puedan crearlos o interactuar con ellos. Por ejemplo, las publicaciones en redes sociales, la música o los elementos de los juegos residen técnicamente en servidores centrales controlados por entidades corporativas.Web3 cambia esto mediante el uso de tokens basados en blockchain. Estos tokens establecen la propiedad verificable de los activos, tanto fungibles como no fungibles, en registros descentralizados. Los tipos principales incluyen:
- Criptomonedas: Dinero digital (como Bitcoin o Ethereum) que los usuarios controlan completamente sin intermediarios.
- Tokens No Fungibles (NFT): Representaciones digitales únicas de objetos como arte, nombres de dominio o coleccionables, que permiten demostrar la originalidad y la propiedad.
- Derechos Tokenizados: Los derechos de acceso, las licencias o incluso el poder de voto en las comunidades (a través de tokens de gobernanza) se otorgan mediante contratos inteligentes.
Estos activos residen en la billetera digital del usuario y son transferibles o comercializables mediante protocolos peer to peer, evitando la necesidad de intermediarios en el mercado.
Por ejemplo, un músico podría distribuir música directamente a los oyentes como NFT, conservando los ingresos y la conexión con su público sin necesidad de sellos discográficos ni intermediarios de streaming. De manera similar, los jugadores podrían ganar, vender o intercambiar artículos dentro del juego que conservan su valor real.
Los contratos inteligentes (código autoejecutable en cadenas de bloques) hacen esto posible sin permisos de una entidad central. Un artista podría integrar regalías de reventa en el propio NFT, garantizando pagos recurrentes en las ventas secundarias.
Esta capacidad de demostrar la propiedad se está extendiendo más allá del arte y las finanzas. Considere estas aplicaciones:
- Nombres de dominio: Los dominios descentralizados (por ejemplo, .eth) no pueden ser confiscados ni censurados por los registradores tradicionales.
- Cadenas de suministro: Rastrear la procedencia de los bienes mediante registros tokenizados.
- Bienes raíces: Se están explorando las propiedades tokenizadas como un medio para la propiedad fraccionada.
Sin embargo, el mercado actual no está exento de riesgos. El fraude, la especulación y la volatilidad de los precios de los activos ponen de relieve la inmadurez de muchos entornos Web3. El tratamiento regulatorio también está en constante cambio, ya que los responsables políticos consideran cómo equilibrar la innovación con la protección del consumidor.
No obstante, el principio de propiedad controlada por el usuario sigue siendo un diferenciador clave respecto a las arquitecturas web anteriores.
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